por Nicolás Sacco
Mientras el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) entraba en cincuentenario, una considerable cantidad de atención ha sido puesta en lo que ha sucedido en los años recientes y en cómo se perfila esta institución, en el marco de los recientes cambios socioeconómicos. Muchos observadores y especialistas concuerdan que el cambio de ciclo político del gobierno de la coalición Cambiemos, conllevó un impacto positivo en la transparencia de las estadísticas públicas, pero todavía se mantiene en el aire un importante debate respecto a cómo se insertan estos cambios de cara al futuro.
Coincidentes con la idea de que la construcción de información pueda ser considerada como una forma a-política de ver el mundo (o como han titulado en la Feria del Libro de Buenos Aires 2019, “El fin de la estadística militante”), desde el 2015, la nueva administración del INDEC comenzó una serie de reformas institucionales, enfatizando la transparencia de los procesos estadísticos, la modernización de tareas y recursos y la entrega efectiva de información en tiempo y forma, con un claro discurso de distanciamiento y denuncia de los procesos observados en el Instituto en el pasado reciente, bajo los distintos gobiernos del Frente para la Victoria.
La clave para lograr que se materialicen estos positivos efectos fue adopción de una serie de cambios institucionales que comenzaron ni bien entró en tareas la nueva gestión con el “apagón estadístico”, y manteniendo la intención de modernizar las estadísticas oficiales, en particular consolidando la reinserción del Instituto en el mundo estadístico y buscando profundizar los mecanismos de cooperación multilateral y bilateral, patrocinando a la vez, la independencia de la institución y la reinserción de parte de los cuadros técnicos perdidos en la gestión anterior.
Según enunciaron sus directivos, el censo de población 2020 será el punto culminante del proceso de “recuperación” del INDEC, en consonancia con las transformaciones que se produjeron en materia social y económica bajo el gobierno de Cambiemos. Bajo este contexto y a casi cuatro años de gestión, este escrito propone una interpretación diferente del potencial impacto de los cambios institucionales que se dieron, más matizado, tomando como ejemplo la información disponible para usuarios sobre los procesos llevados a cabo de cara a la planificación del censo 2020, vinculando estos hechos en la actual coyuntura sociopolítica de Argentina y la experiencia censal reciente en América Latina.
Nuevos escenarios
La ronda 2020 de censos en América Latina enfrenta una serie de desafíos sin precedentes, incluyendo años de desfinanciamiento, los retos de un primer censo de alta tecnología, y los potenciales cambios de última hora, en pleno año electoral, en el caso argentino. Superar estas posibles dificultades implican nuevos retos para los técnicos del INDEC, para lograr un censo preciso y asegurarse que las poblaciones más difíciles de contar, como las de bajos ingresos, la comunidad LGBTTTI, los inmigrantes y la población rural, los niños pequeños y los adultos mayores, entre otros, se incluyan debidamente.
En paralelo, la Argentina se encuentra ante cambios recargados de la transición demográfica, parte de ellos exacerbados en los últimos años por la crisis económica: envejecimiento poblacional, aumento de la cohabitación, de las separaciones y los divorcios, renovadas desigualdades en fecundidad y mortalidad, cambios sustanciales en las migraciones internas e internacionales, en las relaciones de género y, por consiguiente, en la estructura de los hogares y familias. Estas mutaciones requieren no sólo de instrumentos innovadores para captarlos, sino también de nuevas conceptualizaciones para interpretarlos, comunicarlos y, ante todo, para que funcionen como insumos para la elaboración de políticas públicas.
¿Cómo las estadísticas oficiales van a actuar ante el nuevo escenario demográfico? No se sabe. O no hay información al respecto. Invito a cualquier amigue lector a enviar un correo a la cuenta oficial al INDEC solicitando información sobre la planificación del operativo estadístico más relevante cómo es el censo de población, y no van a obtener respuesta alguna. Esto constrasta fuertemente con i) la experiencia censal “ moderna” de Argentina, y ii) lo que sucede en otros países de América Latina y el mundo.
A diferencia de otras experiencias censales recientes en Argentina, el inicio de los preparativos para una ronda comienza con una evaluación del censo previo. Pero al respecto se sabe poco. Los usuarios sólo contamos con la información acerca de la denuncia sobre réplica de registros de personas en la base de datos definitiva del Censo 2010. Como con los factores de expansión de la Encuesta Permanente de Hogares (que se desconoce a qué población ponderan) o las proyecciones oficiales de población a nivel sub-nacional (insumo relevante para las estadísticas vitales), el INDEC informa sobre ellos que tienen un carácter provisorio ya que se encuentran en revisión, pero no ofrecen, hace cuatro años, soluciones para usuarios ¿Porqué no hubo evaluación previa, talleres con resultados publicados como en otros años? ¿Cuál es la evaluación del censo previo? ¿Hay algún informe oficial al respecto?
Brasil, sin ir más lejos, debate a pleno su censo. Otro países de la región ya pasaron por esa etapa o bien están entrando en ella. En Estados Unidos, gracias a la posible inclusión de la pregunta sobre ciudadanía, el censo de población es un tema vibrante en la opinión pública. Otros instituciones, como el Instituto de Estadística de Canadá, inician un extenso programa de consultas que permite que los usuarios y los interesados compartan su opinión tanto del contenido como de las estrategias de diseminación del censo. El INDEC envió una encuesta online a usuarios durante el 2017, pero no se conocen sus resultados.
Algunas temáticas tratadas trascendieron los pasillos del INDEC y otra se puede leer en algunos informes de prensa, pero es escasa y dispersa. Por ejemplo, sin demasiado debate para algo tan sensible, se comenta que se incorporó en la prueba piloto el registro del DNI de las personas, así como se testeó la posibilidad de incorporar preguntas para relevar en forma correcta y exhaustiva la identidad de género. Al conducir el acto por los cincuenta años de INDEC el propio Presidente Macri, prometió que los resultados del Censo 2020 se conocerán “seis meses antes de lo habitual”, (lo cual, dado los constantes avances tecnológicos, no constituye algo extraordinario). Pero no se conoce mucho más, ni siquiera cual será aun la modalidad definida para el censo (de hecho, o de derecho).
Otra información disponible, ya no directa del INDEC, se puede rastrear: el CELADE, elabora una serie de documentos sobre el estado de los censos de la ronda 2020, que se puede acceder en su web, donde existe información sobre diferentes aspectos de la planificación. También, la Comisión Estadística de la CEPAL incluye en sus reuniones anuales la cuestión de los censos.
Cabe señalar que entre octubre y noviembre de 2017 se realizó la primera prueba piloto, de la cual no hay disponibles, pasado ya un año y medio, informes oficiales publicados. Pero más llamativo aún es que todavía no ha sido realizado el censo experimental. Hoy, a mediados del 2019 no hay fecha prevista para ello y no se conoce en que situación está. De acuerdo con normas y procedimientos internacionales (el cronograma del censo y la agenda interna del INDEC, tampoco se conocen), a la fecha de este escrito, la no realización del censo experimental durante este año corre el riesgo de correrse para 2020 (sin olvidar a la vez, que de septiembre a diciembre es época de elecciones en Argentina). Esta situación implica un riesgo concreto de que el mismo deba hacerse en 2020, y en consecuencia el censo podría llegar a realizarse en el año 2021.
No se va a describir en este post los numerosos problemas que conlleva no realizar un censo de población en tiempo y forma. Sólo se va a mencionar que investigar todos los hogares del país, constituye la única fuente de referencia para el conocimiento de las condiciones de vida de la población. Mientras les técnicos del INDEC encargados de planificar el censo 2020 pelean día a día por presupuestos y sueldos, la falta de debate y la poca transparencia de los procesos muestran como el poder político mira para otro lado. Sobre esto se profundizará en el próximo post.
Es una pena con tantos investigadores dispuestos a aportar activamente para tener un lindo censo (lo que sea que implique), las puertas aún no se abran para dinámicas participativas a lo largo de todo el proceso…
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Realmente es preocupante lo que escribís y esperemos que a la brevedad puedan dilucidarse tus interrogantes. Parece que es muy difícil separar los censos de población del poder político, supongo que es porque el presupuesto de su realización depende de dicho poder.
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