La Oficina de Censos de Estados Unidos está evaluando la posibilidad, de cara a la ronda 2020, de utilizar registros de otras agencias gubernamentales que incluyen información sobre 6 millones de viviendas difíciles de contar, y para ser usado para identificar otros 6 millones de viviendas desocupadas. La idea es ahorrar tiempo, dinero y equipo saltándose las visitas puerta a puerta de los encuestadores, para hacer un seguimiento de los hogares que no enviaron los formularios del censo.
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