El impacto del COVID-19 en la ronda censal de América Latina y el Caribe

Frente a la expansión de la pandemia del coronavirus en nuestra región, y las medidas de confinamiento social implementadas por algunos gobiernos para intentar reducir la velocidad del contagio, la actividad de las instituciones públicas, empresas y otras organizaciones se ha visto sensiblemente mermada. La población, por otra parte, comienza gradualmente a sentir las dramáticas consecuencias de estas medidas en su economía doméstica, la producción no remunerada y del cuidado, su bienestar físico, salud mental y familiar.  

En este contexto de alta incertidumbre y uso intensivo de los recursos públicos para paliar el embate del coronavirus, nos preguntamos qué sucederá con la ronda de censos de la región. Esta pregunta surge naturalmente entre los integrantes del OLAC, dada nuestra inclinación e interés por el desarrollo de las operaciones estadísticas, en general, y de los censos de población y vivienda, en particular. Al plantearnos esta preocupación, somos conscientes de que hay otros frentes mucho más acuciantes que atender en este momento. Ello no invalida, no obstante, la posibilidad de examinar, repensar y discutir cuál será la suerte de los censos de la región en el corto y mediano plazo. Su rol central dentro del sistema estadístico nacional y el monto de recursos implicados para su implementación, son una justificación suficiente. Sigue leyendo

Demografia e epidemia no Brasil

Gabriel Borges, OLAC

A pandemia de COVID-19 tem assustado a população de todo o mundo pelas suas altas taxas de transmissibilidade e letalidade, ainda que haja muita incerteza a respeito dessas medidas.

Apesar de boa parte dos casos serem assintomáticos ou apresentarem sintomas leves, o número de pessoas que precisam ser hospitalizadas tem excedido a capacidade instalada dos sistemas de saúde em quase todo o mundo. Essa constatação, somada à alta taxa de letalidade, particularmente em certos grupos populacionais, tem preocupado a população brasileira, assim como as de outros países. Essas são as principais justificativas para as medidas que têm sido adotadas para «achatar a curva», como distanciamento social.

Até a data em que esta nota é escrita (24/03/2020), os estados de São Paulo (SP) e Rio de Janeiro (RJ) concentram cerca de metade dos casos confirmados de COVID-19. Esses são também os únicos estados a registrar óbitos pela doença até o momento (40 em São Paulo e 6 no Rio de Janeiro). Todas as Unidades da Federação (UF) brasileiras já têm pelo menos um caso confirmado, e é esperado que estes casos continuem a se espalhar rapidamente pelo país, bem como o número de mortes. As informações atualizadas sobre número de casos e mortes podem ser acessadas aqui.

Diversos fatores têm sido apontados como fundamentais para o entendimento do nível de gravidade da pandemia em cada contexto, como a capacidade de realização de testes, a organização dos sistemas de saúde, disponibilidade de leitos hospitalares, coordenação política, fatores comportamentais e reação da população a políticas de isolamento, além de características sociodemográficas da população. Essas questões têm sido frequentemente consideradas na adoção de medidas para a redução da velocidade de crescimento da epidemia.

Esse post foca em questões demográficas que têm sido apontadas como determinantes para a severidade da epidemia, como seu impacto na sobrecarga dos sistemas de saúde e nas altas taxas de morbimortalidade. Destaca-se a distribuição etária da população e a estrutura familiar e domiciliar, com atenção para os diferenciais regionais, mais precisamente entre as Unidades da Federação.

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10 razones para suspender el Censo de Población del 2020

Byron Villacís*

 

El INEC de Ecuador tiene pensado ejecutar el Censo de Población y Vivienda en Noviembre del 2020. A pesar de sugerencias de actualizar la metodología, decidió realizar el censo de hecho, lo que implica levantar la mayoría de la información en un solo día, paralizando al país y concentrando el riesgo. Este proceso implica la concatenación de cientos de tareas complejas que requieren altísimo nivel de coordinación, transparencia y sobriedad en el gasto. Aquí desgloso 10 razones por las que considero que, bajo la coyuntura actual, el operativo se debe suspender.

  1. Porque, debido a la pandemia del COVID-19, los procesos de planificación serán trastocados severamente, haciendo que los preparativos logísticos no alcance al día 0.
  2. Porque la metodología que escogió el INEC, a pesar de haberle sugerido cambiar a una que disperse el riesgo en varias fechas, concentra la tensión del censo en un solo día; haciendo que los cronogramas sean muy difíciles de cumplir bajo el escenario actual de incertidumbre.
  3. Porque la pandemia del COVID-19 podría modificar la estructura y distribución de viviendas en el país. No solo durante la pandemia, sino además, muchos hogares podrían cambiar de composición de acuerdo a la dinámica relacionada a los adultos mayores después de la pandemia, lo que pone en tela de duda la validez de la actualización cartográfica ya realizada.
  4. Porque la pandemia del COVID-19 podría modificar la estructura de mortalidad por edades, haciendo que existan mayores diferencias entre los resultados de la actualización cartográfica, proyecciones y los supuestos del censo.
  5. Porque el presupuesto a utilizarse en el censo debe ser reubicado a la cartera de salud debido a la emergencia de la pandemia.
  6. Porque la pandemia modificará la estructura económica del país, lo que obliga a tener datos que reflejen esa modificación. Hacer un censo en plena pandemia no generará resultados que permitan entender qué pasó con las estructuras después del pico del fenómeno.
  7. Porque continuar con los procedimientos bajo las fechas estipuladas implicaría que apenas se terminen las restricciones de movilidad, los equipos de campo regresen a trabajar. Sin embargo, esto no significa que los equipos estén libres de riesgo de contagio, mas bien los expondría aún más. Cabe recordar que el día del censo y, bajo la metodología que insiste mantener el INEC, se deberían utilizar cientos de miles de estudiantes muchos de ellos menores de edad. ¿Los padres estarán dispuestos a autorizar a sus hijos a trabajar en un escenario como el actual?
  8. Porque el momento que uno de los cientos de miles de integrantes de los equipos operativos sea contagiado tendrán que detener –por precaución– el trabajo de cantidades significativas de personas pertenecientes a su respectivo equipo, demorando los procesos administrativos severamente.
  9. Porque la calidad de las respuestas de ciertas preguntas requieren mejor interacción entre los empadronadores y las condiciones físicas de la vivienda de los censados. En las condiciones actuales de pandemia esa constatación será más dificultosa, haciendo que la calidad de las respuestas disminuya (Por ejemplo para que la calidad de ciertas preguntas aumente el empadronador debe estar dentro de la vivienda. Bajo el escenario de una pandemia solo una proporción de hogares dejarán entrar a los empadronadores a la vivienda).
  10. Porque el éxito del censo depende en gran medida del apoyo de fuerzas de seguridad, militares y policiales. En una situación de pandemia estas fuerzas no van a estar 100% concentradas en el censo; o, en el mejor de los escenarios, estarán debilitadas después del ejercicio de defender a la población de la pandemia.

 

 

*Las opiniones aquí vertidas representan al autor y no necesariamente a la opinión de OLAC.

Censos en tiempos de pandemia

Por Byron Villacís

La llegada del COVID-19 amerita reacciones urgentes y coordinadas de los sistemas de salud pública locales y globales. Es una pandemia con alta capacidad de contagio y altos niveles de fatalidad en adultos mayores, entre otras cosas. Pone a prueba la capacidad que tienen nuestras sociedades de reaccionar, coordinar y enfrentar riesgos globales con fuerzas principalmente locales. Desafortunadamente, este advenimiento coincide con operativos esenciales para la construcción de sistemas de organización social, como son los censos de población y vivienda. En este texto, reflexiono sobre elementos de esta superposición, sobre todo, en el contexto de nuestra región latinoamericana.

En primer lugar sopesan las circunstancias políticas y económicas en las que se entrelazan la pandemia COVID-19 y la ronda censal 2020. Latinoamérica enfrenta el retorno de una tendencia conservadora que presenta como programa bandera la conocida fórmula de la austeridad, la reducción de la capacidad del Estado y la implícita delegación de estrategias de planificación a organismos multilaterales. Esta visión debilita los sistemas de salud pública, pone a prueba los sistemas pensionales y las capacidades estatales en general. Así mismo, no es sorpresa que los operativos censales sufran reducciones presupuestarias, tentativas de intervención o que sus capacidades administrativas sean mermadas por el ataque a los sistemas públicos. La segunda circunstancia regional es un contexto macroeconómico y geopolítico negativo. Los precios de los commodities cayeron categóricamente, las monedas regionales y los mercados financieros locales están debilitados y se han desmantelado sistemas de integración regional, como por ejemplo la UNASUR. Es decir, en general, la región recibe al COVID-19 y a la ronda censal en condiciones vulnerables reduciendo su capacidad de reacción.

A esto hay que agregar una condición regional estructural: la desigualdad en Latinoamérica marca condiciones de entrada que excluyen a gran parte de nuestra población al acceso a sistemas de salud y de educación. Independientemente de la forma en la que se quisiera atacar este problema, se requieren sistemas estadísticos eficaces. Si los censos de población en este contexto fallan, tendremos menos herramientas clave para poder enfrentar, no solo ésta pandemia, sino las consecuencias en las poblaciones ya excluidas por defecto. Es decir, tanto coyuntural como estructuralmente, la región recibe la coincidencia de la pandemia con la ronda de los censos en condiciones de vulnerabilidad y desventaja severas. Sigue leyendo