Memorias Demográficas: Alfredo E. Lattes

Con esta primera entrevista inauguramos una nueva sección de OLAC: Memorias Demográficas. Haciendo uso del concepto de «demografía pública”, el objetivo de esta página es reconstruir y movilizar algunos de los puntos de vista de la reflexión demográfica en América Latina, las trayectorias personales de reconocidos expertos y expertas y su relación con los censos de población.

Comenzamos por Argentina con Alfredo E. Lattes, investigador emérito del Centro de Estudios de Población-CENEP. Próxima entrega: José Alberto Magno de Carvalho, profesor emérito del CEDEPLAR, Brasil.

Entrevista a Alfredo E. Lattes

por Alfredo E. Lattes, Nicolás Sacco y Marcela Cuervo

Para entrar en tema ¿podría contarnos alguna historia “demográfica” de su niñez y adolescencia?

Dos abuelos y una abuela llegaron a la Argentina desde Italia, la otra abuela y mi madre desde Portugal. Mi padre y mi madre, tras su casamiento, migraron de Buenos Aires a Mar del Plata, una ciudad turística 400 kilómetros al sur, donde nací y viví hasta los 18 años de edad. De mi niñez rescato una preocupación familiar: residir, al menos nueve meses del año, cerca del centro de la ciudad. Sin embargo, por cuatro años vivimos en la periferia urbana, donde las familias pobres podían construir sus casas. En esos años cursé el tercer y cuarto grado en una escuela de una sola aula, con una sola maestra y varios chicos que llegaban a caballo; pero para el quinto y sexto grado tuve que viajar diariamente al centro de la ciudad, combinando bicicleta y tranvía. Finalmente, por la distancia y el limitado transporte público volvimos a residir, por nueve meses al año, en el centro y esto no solo facilitó mi acceso a la única escuela de comercio de la ciudad sino que fue decisivo para mi formación y desarrollo. Completado el secundario emigré a Buenos Aires para estudiar en la UBA, que desde fines de 1949 era gratuita para todos. Abreviando, en mi niñez aprendí que el lugar en que se vive es una variable clave en el desarrollo de las personas.

 ¿Cómo llegó a interesarse por la demografía y cómo se formó para dedicarse a ella?

Estudié Arquitectura y Urbanismo en la UBA; hacia finales de la carrera, cuando trabajaba en el Plan Regulador de la Ciudad de Buenos Aires y militaba en política, me preocupaban la segregación urbana, la precariedad y escasez de viviendas y las migraciones. Mi esposa, Zulma Recchini, también nacida en Mar del Plata, estudiaba sociología y tras asistir a un seminario dictado por Nathan Keyfitz en 1961, se entusiasmó con la demografía y al año siguiente emigró a Santiago de Chile para estudiar en el CELADE. Yo trabajaba en una empresa de ahorro y préstamo para la vivienda, viajaba frecuentemente a Chile y tenía la oportunidad de charlar con gente del CELADE y de FLACSO; recuerdo que me pasaron el libro “Urbanization in Latin America” (Philip Hauser, UNESCO, 1961) y que su lectura, en particular el capítulo de Gino Germani sobre el Gran Buenos Aires, reforzó mi interés por los problemas urbanos y las migraciones. En 1963 presenté, en colaboración con Zulma, la ponencia “Factores demográficos en la demanda de viviendas” al Congreso Argentino de la Vivienda. Poco después, decidí estudiar demografía en el CELADE. Esta vez viajamos con nuestro primer hijo, mi esposa con un contrato de trabajo y yo con una beca.

En enero de 1966 regresamos a Buenos Aires para trabajar con Gino Germani en el Programa Población y Sociedad, que codirigía con Jorge Somoza en el Instituto Di Tella. Tras dos años y medio de trabajo intenso y varias publicaciones, juzgamos que necesitábamos más formación; postulamos y nos admitieron en el Population Studies Center de la Universidad de Pennsylvania. Tras 30 meses enriquecedores para los cuatro miembros de la familia, retornamos al Di Tella en enero de 1971 con un subsidio del Population Council para desarrollar el Programa de Investigaciones Demográficas que codirigimos con Zulma hasta fines de 1973. Meses después, como integrantes de un grupo multidisciplinario de seis investigadoras y dos investigadores, más la ayuda de la Fundación Bariloche, creamos el Centro de Estudios de Población-CENEP en Buenos Aires.

 ¿Cómo describiría sus actividades en el campo de los estudios de población?

Instalar la práctica de la demografía o, mejor dicho, de los estudios de población en América Latina implicó muchos esfuerzos. Básicamente, se trabajó en los dos sistemas que, articulados entre sí, lo hicieron posible: el institucional (dónde se forman y trabajan los investigadores y sus equipos de investigación) y el conceptual (enfoques, métodos y datos) necesario para hacer la investigación y esto, a su vez, como parte del desarrollo de las ciencias sociales en una región extensa, desigual y políticamente complicada. En esa realidad, mis actividades fueron siempre un contrapunto entre hacer, enseñar, dirigir y difundir investigación demográfica y, a la vez, ayudar a crear y/o administrar instituciones.

¿Cuál (es) es/son sus/s área/s de especialización/trabajo/investigación?

Mi principal área de investigación abarca la redistribución territorial de la población, la urbanización y las migraciones. Estudié esos procesos como parte de la dinámica demográfica y ésta, a su vez, como uno de los componentes del cambio de la sociedad. Con una línea de trabajo centrada en la sociedad argentina y otra en el análisis comparativo, especialmente, con países de la región. También dediqué esfuerzos a la recuperación de datos, a la historia de la población de la Argentina y al desarrollo de unidades de estadísticas sociodemográficas en municipios.

¿Cuál (es) es/son su (s) principal (es) contribución (es) a este campo?

Mi primer trabajo como demógrafo, en colaboración con Jorge Somoza, fue la extracción y difusión de las Muestras de los censos nacionales de población de 1869 y 1895, publicado en 1967. Esas muestras (hoy disponibles para quien las quiera usar en http://censos1869-1895.sociales.uba.ar) más la evaluación y corrección de aquellos censos, fueron algunos de los insumos indispensables para la investigación que realizamos con Zulma Recchini: Migraciones en la Argentina entre 1869 y 1960, CIS – Instituto Di Tella, 1969.

Otros trabajos importantes entre 1966-1975 fueron: “Immigration, demographic change and industrial development in Argentina” (en colaboración con Ruth Sautu), en G. Tapinos, (ed.), International Migration Seminar, Paris, CICRED, 1974 y “Migration, Population Change and Ethnicity in Argentina” en Du Toit, B. y Safa, H. (eds.) en Migration and Urbanization, The Hague-Paris, Mouton Publisher, 1975; y el libro La Población de Argenti­na (en colaboración con Zulma Recchini) CICRED, 1975.

Del período 1976 y 1985 selecciono: The dynamics of the rural population in Argentina between 1870 and 1970 en Balán, J. (ed.) Why People Move, The Unesco Press, Paris, 1981 y “Territorial Mobility and Redistribution of the Population: Recent Developments”, en United Natio­ns, Population Distribution, Migration and Devel­opment, Proceedings of the Expert Group on Populat­ion Distribution, Hammamet, Túnez. New York, 1983, (ST/ESA/SER. A/89)

Tras la vuelta de la democracia en el país, publico: Dinámica Migratoria Argentina (1955‑1984): Demo­cratización y Retorno de Expatriados (en colaboración con Enrique Oteiza), UNRISD, 1986; y Urbanización, crecimiento urbano y migraciones en América Latina, en el número conjunto de Pensamiento Iberoamericano (28) y Notas de Población (62), Madrid, 1994.

Entre 1996 y 2005 continué trabajando sobre la urbanización, pero con una perspectiva crítica al enfoque tradicional: Toward a New Conceptualization of Settlement for Demography (en colaboración con Hugo, Graeme y Anthony Champion), en Population and Development Review, Volumen 29, 2003; y  La urbanización y otros modos de asentamiento de la población: desafíos para la reflexión conceptual y la producción de datos demográficos, en Población y Sociedad, 10-11, 2004.

Volví a las migraciones en Esplendor y ocaso de las migraciones internas, en Torrado, Susana (compiladora) Población y bienestar en la Argentina del primero al segundo Centenario. Edhasa, Buenos Aires, 2007; y fui autor y coordinador del libro: Dinámica de una ciudad. Buenos Aires 1810-2010, Dirección General de Estadística y Censos de CABA, 2010. Actualmente trabajo en una nueva versión de La Población de Argentina.

Debo mencionar la docencia: dicté 14 cursos sobre temas demográficos en las licenciaturas de Antropología, Geografía, Historia y Sociología de la UBA y más de 30 cursos para graduados en Argentina y otros países de la región.

De mi actividad institucional destaco: director de CENEP, miembro y coordinador de grupos trabajo y comisiones de CLACSO; organizador de sesiones en varias conferencias de la IUSSP; coordinador general del Programa Latinoamericano de Población-PROLAP; miembro del Consejo Directivo de CLACSO; presidente de la Asociación de Estudios de Población de la Argentina y presidente de la Sociedad de Investigadores de Ciencias Sociales y Humanidades de la Argentina.

Fui asesor en demografía (con nivel de Director Nacional) de la Secretaría de Planificación de la Presidencia de la Nación entre 1984 y 1989; integrante y asesor técnico de la Delegación de la Argentina a la Conferencia Internacional de Población, organizada por Naciones Unidas, Méx­ico D. F. 1984; asesor de la Dirección de Estadística y Censos de la Ciudad de Buenos Aires (2002-2010) y asesor del proyecto “Relevamiento de datos sociales en municipios de la Argentina” del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales de la Presidencia de la Nación en 2003-2004.

Fueron muchas las consultorías para organismos internacionales y, entre ellas, elijo dos que hice para el FNUAP: asistencia en los inicios del Centro de Estudios Poblacionales del Instituto de Investigaciones Sociales (IDIS) de la Universidad de Cuenca, Ecuador, 1987; y preparación del documento «Human resources in population in Latin American and Caribbean region», Nueva York (1992).

 ¿Cuáles serían los principales desafíos de la demografía, tanto a nivel mundial como para nuestra región?

Hace tiempo que el trabajo de los demógrafos es cuestionado tanto por la excesiva simplificación que hacen del cambio social como por sus repetidas descripciones abstractas del cambio de la población y/o sus componentes. Pienso que superar esas críticas es un desafío y, en este sentido, esta opinión es una autocrítica a mi propio trabajo.

La demografía tiene que superar viejas dicotomías como población urbana y rural; población joven y envejecida; población económicamente activa y pasiva; población migrante y no migrante y muchas otras, cuyos conceptos e indicadores ha mantenido constantes en el tiempo y en el espacio, aunque las sociedades sean muy diferentes entre sí, muy desiguales en sí mismas y cambien sin cesar. La demografía tiene la obsesión de los grandes stocks de individuos homogéneos.

Demógrafos importantes siguen pensando que el core de la demografía es la descripción y descomposición de los cambios de la población y el refinamiento de técnicas de cuantificación y análisis, dejando los comportamientos demográficos de personas, familias o grupos sociales a cargo de otras disciplinas. Un artículo de Francesco Billari (2015) plantea, justamente, la necesidad de la integración de estos dos enfoques. La sociedad es un sistema de sistemas, y la demografía, como otras ciencias sociales y afines, tiene que dedicar más esfuerzo al análisis inter y multidisciplinario del subsistema población y sus interrelaciones con los otros subsistemas (económico, político y cultural) y el ambiente que los contiene.

 ¿Cuál considera que será (n) el (los) tema (s) poblacional (es) más importante (s) de los próximos años?

Además de la contabilidad de los hechos demográficos, los estudios de población tienen que prestar más atención a la creciente diversidad de actividades de las personas en el curso de sus vidas, es decir, investigar mucho más cómo usan su tiempo de vida para sobrevivir y esto para los distintos niveles de análisis y los distintos contextos históricos. Las sociedades están cambiando profunda y rápidamente; podemos ver, entre muchos cambios, menos trabajo, nuevos trabajos y nuevas relaciones de trabajo. La escasez de trabajo, la creciente inseguridad, las violencias y contextos políticos más autoritarios, provocan y lo seguirán haciendo, nuevas movilidades territoriales y sociales. Pienso que en las próximas décadas estas problemáticas serán centrales en el cambio de las sociedades, en un contexto global de crisis del capitalismo.

 ¿Qué le recomendaría a las futuras generaciones de demógrafos de la región?

En relación a su formación les recomendaría incorporar la biología o, más precisamente, la bio-demografía, no olvidemos que tanto la demografía como la epidemiología son ciencias biosociales. Al respecto recuerdo un artículo de James M. Carey (2001). Además, pienso que la demografía y las ciencias sociales en general, necesitan acercarse mucho más al campo del estudio de la complejidad o el mundo de los sistemas. Después de todo, son ciencias que se dedican a estudiar sistemas complejos adaptativos como las sociedades humanas y sus interrelaciones con los ecosistemas.

 ¿Cuál considera que pueden ser los posibles aportes al desarrollo social y económico?

Estamos en un momento en que se está revisando críticamente el concepto de desarrollo social y económico; consecuentemente, pienso que es una oportunidad para que, quienes centramos nuestras preocupaciones en la población, participemos activamente en esa discusión.

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